En este salmo vemos al justo que anda en los caminos rectos y apartado de maldad, deleitándose en la ley de YHVH; está plantado junto a corrientes de aguas vivas de la Palabra, en tiempo de adversidad y conflicto, permanecerá firme como la casa fundada sobre la roca (Mt 7:24-25). El beneficio para su alma es eterno. En contraste con esto, el malvado perecerá eternamente.